Me and You.

Thinking about relationships. There are those that open you up to something new and exotic, those that are old and familiar, those that bring up lots of questions, those that bring you somewhere unexpected, those that bring you far from where you started, and those that bring you back. But the most exciting, challenging and significant relationship of all is the one you have with yourself. And if you can find someone to love the You as you love, well, that’s just fabulous.

¿Códigos de Conducta?

Confesare que, con frecuencia escucho a las mujeres quejarse de la falta de caballerosidad de parte de los llamados del sexo masculino; vaya mezcla imposible que se ha desarrollado con el pasar de los años, porque de siglos aun no podemos hablar.

Cuando leí de Hobbes, lo primero que me vino a la mente fue algo como, que absurdo llegando a ser lógico; en su obra Leviatán, en la parte I, que menciona que la experiencia es lo que va formando por la repetición de los hechos pero, ¿hasta que punto hoy en día dejo de ser eso una repetición de buen gusto? El abrirle a la puerta a una dama para que suba y baje del auto, no es nada que de deba ensayar, los buenos hábitos han sido olvidados, y no se debería de considerar como una moda ya pasada, no hay forma de sentir orgullo por la falta de caballerosidad; ser rudo es más propio de un adolescente que de un iconoclasta.

Los buenos modales reflejan los buenos valores que se tenían en épocas que al parecer han sido olvidadas por conveniencia más que por evolución, la voluntad y las conductas humanas tienden a ser la acción motivada por el deseo, dice Hobbes. No es ley, pero lo que una mujer viste es un factor que influye en la “cantidad de caballerosidad” que recibe; el hombre tiende a ser mas visual que mental, casi es un hecho y espero no ofender a nadie, pero prefiero decir la verdad que andarme con rodeos y jamás llegar a mi punto, ya dicho esto, no todos pueden y quizás unos si quieran ser un William Holden en Sabrina, pero no se trata de proyectar una imagen que denote respeto y esperar un trato acorde a esto, se trata de tener y haber sido criado e inculcado con los buenos modales, manera de ser considerado, así pues, el hombre actuara según su experiencia evitando resultados indeseados que ha vivido con anterioridad, y esto también iría dirigido a las damas, a las mujeres que por muy revolucionarias e independientes que se sientan, no rebajarse al nivel de los hombres, no somos iguales, ni más ni menos, solo somos distintos.

Las personas, dice Hobbes en este primer capítulo, actúan según sus impulsos recibidos del exterior y el mismo tratara a toda costa de evitar actuar según los mismos; pero ¿qué pasa cuando en su vida ha sido más importante el ser el más violento o la de moral mas dormida? O quizá estos dos aspectos mezclados, en donde ya no se puede distinguir entre quien es quien en los roles de sexo en la sociedad.

Quizás todo esto tenga que ver con una sociedad más equitativa que ya no inspira a los hombres a comportarse como unos caballerosos, lo que es peor, que ya no les permite siquiera pensar en ello.

Es como si la igualdad fuese la excusa que los hombres esperaban para no ser caballeros nunca.

Ahora ya, que hemos crecido con o sin los valores, experiencias buenas y malas, en la búsqueda del ego, ahora, como interactuar en la sociedad que nos ha dicho que todos somos iguales y que nadie puede imponerte equis o ye cosa si a ti te esta perjudicando en cierta manera.

Las mujeres podríamos tener o tenemos un contrato o pacto social desarrollado para nosotras, como garantía de seguridad individual, aunque por naturaleza, el hombre se sentiría -“menos que”- quizás, el hombre moderno siente miedo de ser acusado como sexista o machista; no debería de cerrar los ojos ante la elegancia de una mujer, ya que esto no solo es un acto de igualitarismo, sino de insensibilidad y aunque se que ese no es su tema ni palabra favorita, tienen dentro de cada uno algo de una mujer ( su creadora y criadora).

Dice Hobbes en su segundo capítulo, que, -“el hombre ama la libertad y el dominio sobre otros”- y volvemos a lo mismo, para haber un dominante debe haber un dominado, en este caso la mujer, la mayor victima en la historia de la humanidad, me puedo imaginar que por la misma razón, ahora que la idea de la mujer débil está desapareciendo, no quieren y le temen a volver a ser las indefensas que se pueden romper y que solo pueden ser cuidadas por el macho man.

El propósito que Hobbes da al principio de su segundo libro, describe la causa final, la auto imposición de límites de los que viven en sociedad que es un instrumento para su propia preservación.

El hombre ha vivido bajo guerras en contra de otros hombres, al parecer es su naturaleza el ser bélico, aunque predomina este aspecto en el canaille, debido al ambiente más salvaje en el que se desenvuelve, aquel medio del que tanto hablan los filósofos, el ambiente “natural”. Hobbes admite tres tipos de Estado: la monarquía, la aristocracia y la democracia…en la monarquía el interés público y privado son el mismo, así que entre las damas y los caballeros no se podría llegar a un acuerdo monárquico, aristocrático quizás, pero democrático es lo que queremos creer que es nuestra manera de relacionarnos.

En su tercer libro, se conduce más hacia el terreno espiritual, lo espiritual se ve ligado a la mujer, a lo divino, lo intocable pero presente en la vida de todos y la vida diaria. Para Hobbes, si alguna persona reclamaba que lo sobrenatural era superior a lo civil, entonces habría caos y el caso debe de ser evitado a todo, decía él.

Hobbes discutía acerca de los 10 Mandamientos bíblicos y se pregunta quien les dio bárbaro poder sobre las masas y es el mismo poder que el hombre ha tenido sobre la mujer, quizás no en la época de bronce, pero si a la llegada de la chusma cristiana y su sometimiento en contra de las pecadoras, las que inducen al hombre a obrar mal y en contra de otros de su mismo género. No es una declaración de guerra ni mucho menos en contra de estos, pero hay que aceptar que la mujer cedió sus derechos al hombre y a los grandes poderes religiosos, llámense Islam, Judaísmo, Alabado sea el señor Elvis; mientras la mujer no evolucione, se perderá en el abismo en el que ha estado viviendo y del que nadie la podrá sacar mas que ella sola.

En este momento, estamos viviendo en “El Reino de la Oscuridad” como llamo Hobbes a su IV libro, ya que no se sabe ni para donde moverse, si con los hombres, mujeres, volverse misóginas o lesbianas, que caray!! Como es confuso esto de la división de poderes del Leviatán, tratando de encajarlo en la vida diaria y al tema del cual quise hablar por no meterme en temas mas “incómodos” para la mayoría.

Pudiese hablar de la diferencia y cambios a los que se han sometido las mujeres, pero prefiero no hacerlo. Si la mujer necesita llenarse de energía masculina, esta en todo su derecho pero que trate de no embarrar a las que no queremos ni es de nuestro agrado el ser tratadas como machitos en cuerpos del sexo opuesto.

“The more you act like a lady, the more he’ll act like a gentelman”

Aun recuerdo aquellas palabras de mi abuela materna, acerca del como debía ser tratada una dama, decía que – el hombre llega hasta donde la mujer se lo permite- , pero hoy en día que hacer cuando aun sin permitirlo, el gañan actúa como si le fuera permitido todo y la mujer moderna lo permite, dejando libre el camino a este tipo de sexo masculine, de hacer lo que guste.

Ahora bien, la mujer creyendo que es lo que hoy se usa ( como si fuera una moda ) se sienten hasta alagadas por ser tratadas así.

¿En donde han quedado las buenas costumbres? Y aquellos hombres que presumían de ser todo un gentelman, parecen estar en peligro de extinción pero esto también va de la mano con la llegada de la liberación femenina y la rebeldía de la mujer “moderna”, aquella que piensa que los buenos modales están out, que todo aquel gesto sensible de un caballero, las esta reprimiendo viéndolas como si fuesen el sexo débil. La fascinación de unas hacia lo retro en cuanto a la moda, va de la mano con ese sentimiento de querer que todos fueran un Al Pacino en Scent of a Woman, admirando a la mujer como lo que es: maravillosa.

Nunca he entendido a aquellas feministas, que actúan o imitan el comportamiento de los hombres comunes; no hay nada de que sentir orgullo por ello.

El manual del político y escritor venezolano Manuel Antonio Carreño (  1812 – 1874) y publicado en 1853, contiene normas del comportamiento del ser humano, para consigo mismo, la sociedad y sus semejantes. Cuando se lee, podría pensarse que es exagerado y carente de sentido común ya que fue escrito hace mas de un siglo y podría parecer que ya nada de eso se usa, que ha quedado en el olvido, escrito en unaepoca en donde ni se pensaba en la globalización, celulares, internet, liberación femenina…

La idèe fixe de las costumbres de la actualidad, la conveniencia de los hombres por la liberación femenina deformada sin considerar la opinión de la dama.

Cuando pienso en la nueva generación de mujeres en Guadalajara, veo que muchas buscan rescatar algo de aquellos caballeros de antaño, con protocolos y una visión de nosotras como todo un dandy (en el mejor de los sentidos), quizás solo fue un momento de locura femenina y al verse envuelta en tanta libertad, no supo qué hacer con ella, el secreto está en el mix and match, y podría parecer confuso pero si se puede. No tenemos que retroceder tanto en el tiempo para ver que hubo una época pequeña, en la que si se pudo hacer eso, mezclar la modernidad de la mujer con los códigos de conducta del hombre a la dama.

Estamos en un siglo en donde se ha confundido de manera errona todo o sino todo, gran parte de la vida diaria; la sociedad tapatía no estaba preparada para el boom de la globalización y la rapidez con la que llego para quedarse y fue así que la confusión en cuanto a los géneros, costumbres y vida diaria, se vieron afectados.

Durante el siglo XIX floreció en Mexico un conjunto de obras de carácter social que pretendían normar los valores, actitudes, comportamientos, gestos, etc; con la intención de esculpir el modelo de ciudadano moderno, en efecto, los manuales de buenas costumbres, o de urbanidad. Contribuyeron a establecer los ideales morales y de conducta que los hombres debían cultivar en la sociedad.

La proliferación de los incontables manuales de urbanidad y de buenas costumbres coincidió en un periodo en el que los ideales de la modernidad, el progreso y desarrollo social adquirieron fuerza en la sociedad mexicana.

Lo que hoy nos queda por hacer, es demandar aquello que nos corresponde y es ser tratadas con delicadeza, educación y sentido común, pero para todo eso habrá que volvérnoslo a ganar no solo pedir.